Ovnis estrellados: las revelaciones de David Grusch

Lourdes Gómez – Naves extraterrestres siniestradas y cuerpos de sus tripulantes recuperados por Estados Unidos: esto es lo que ha revelado el ex oficial de Inteligencia David Grusch en una serie de entrevistas concedidas a medios como News Nation. Grusch, quien es veterano de las Fuerzas Armadas y ha trabajado como miembro de la Agencia Nacional de Inteligencia Geoespacial, asegura que existe un programa secreto de recuperación de ovnis que lleva en marcha desde hace décadas y que ha sido ocultado a la opinión pública.

Durante la entrevista de News Nation, se aseguró que Grusch ha estado 14 años trabajando para la Inteligencia estadounidense y sus compañeros así como los informes de rendimiento de la institución, exponen que tiene una «moral irreprochable». A pesar de todo, su contrato finalizó en abril por, supuestamente, divulgar información clasificada sobre ovnis al Congreso de los Estados Unidos.

En síntesis, David Grusch sostiene que su gobierno posee evidencias de naves no humanas de origen desconocido así como de pilotos muertos dentro de algunas naves recuperadas. Afirma que las naves son, sin duda, ajenas a nuestro mundo por, en sus palabras, «las morfologías de los vehículos, las pruebas de ciencia de los materiales y la posesión de disposiciones atómicas únicas y firmas radiológicas». Añade, por último, que Estados Unidos estudia «vehículos intactos o parcialmente intactos, con materiales exóticos».

Los críticos con respecto a su testimonio señalan que Grusch nunca observó estas evidencias ni sabe dónde se encuentran. Sus palabras surgen de conversaciones con numerosos colegas que sí habrían tenido esta experiencia.

El affaire Roswell

El testimonio de Grusch es el último eslabón de una larga lista de hechos que sugieren que el gobierno de Estados Unidos sabe mucho más sobre ovnis de lo que aparenta frente a la opinión pública. Iniciando la polémica en 1947 con el supuesto estrellamiento ovni en Roswell, y continuando con episodios similares que han permanecido en el olvido pero finalmente han salido a la luz gracias al trabajo de estudiosos como Jacques Vallée y Paola Harris.

Harris y Vallée son los autores de la obra de reciente publicación «Trinity, el secreto mejor guardado”. Se centran en el primer estrellamiento ovni de la historia, que tuvo lugar en el año 1945 en el Rancho Padilla, en San Antonio, Nuevo México. Los testigos principales, José Padilla y Remigio Vaca, tenían menos de diez años cuando observaron el estrellamiento de una nave con forma de aguacate en las inmediaciones de su rancho. Pudieron ver cómo alrededor corrían unos seres de corta estatura y de aspecto insectoide, emitiendo sonidos que les parecieron de dolor. Al momento de observar estos seres, los niños comenzaron a recibir una especie de imágenes en su mente, una suerte de comunicación telepática. Las evidencias fueron requisadas por militares estadounidenses. Paola Harris estará el próximo 1 y 2 de julio en el evento Global UFO Meeting de la Ciudad de México hablando de este extraordinario encuentro (pulsa aquí para obtener más información).

Tampoco podemos olvidar el hoy día cuestionado testimonio de Bob Lazar, quien mantiene haber trabajado como científico entre 1988 y 1989 en unas instalaciones militares secretas en Groom Lake, Nevada, donde se replicarían tecnología procedente de naves alienígenas recuperadas por el ejército de Estados Unidos. Sin embargo, Lazar no posee documentos que acrediten ese trabajo o alguna de sus titulaciones; aunque como periodista especializada en estas temáticas puedo asegurar que es una constante este hecho: el que las personas que hablan de conspiraciones ovni dentro del gobierno de Estados Unidos viven una especie de limpieza de su pasado, donde sufren la desaparición de cualquier vínculo que pueda darle base a su testimonio. Esto también le ocurrió a Alan Davis, quien trabajó como ingeniero de la NASA durante la misión Apolo XI y sostuvo hasta el último día de su vida que habían descubierto edificios en ruina en la superficie lunar.

Conspiración Majestic 12

Juan José Sánchez Oro en su obra «El Pacto. Reptilianos y gobiernos. Un mito contemporáneo», analiza de forma magistral el inicio de la conspiración sobre el ocultamiento de la supuesta realidad ovni por parte del gobierno de los Estados Unidos. Tal y como él explica, todo surge con la polémica del Majestic 12. Con este nombre se conoció a una serie de memorando gubernamentales dados a conocer al público por William Moore, Stanton Friedman y Jaime Shandera. La historia inicia cuando Shandera recibe un paquete que contiene dichos documentos, donde se habla de la creación por parte del presidente Truman el 24 de septiembre de 1947 de un comité secreto de científicos y militares denominado Majestic 12. El grupo habría surgido para estudiar en secreto el fenómeno ovni y, más particularmente, el estrellamiento ovni de Roswell y la recuperación de los cuerpos de cuatro alienígenas (o Entidades Biológicas Extraterrestres -EBE-, tal y como señalan estos documentos).

Curiosamente, la información fue enviada a Shandera tres meses después de la muerte del último miembro del Majestic 12 (en los papeles venían sus nombres) por lo que no había ningún experto del comité que pudiera hablar del mismo. A pesar de todo, con el paso del tiempo se han descubierto diversas pruebas que apuntan a la falsificación de estos papeles. Por ejemplo, que la máquina de escribir con la que fueron redactados no se fabricó hasta 1963 o que el formato de fechas en documentos militares no se corresponde con el de las pruebas recibidas por Shandera, que muestran términos que no estaban en uso durante la década de los cuarenta.

En palabras de Sánchez Oro, «resulta innegable que estos documentos agitaron el debate acerca del supuesto encubrimiento gubernamental», ya que había quienes pensaban que era un fraude pero otros que tenían una opinión mucho más inquietante, considerando que el objetivo de estos documentos del Majestic 12 era ridiculizar a la comunidad ufológica para enterrar por completo el asunto Roswell y que nadie más tratara de husmear en el caso.

Por documentos desclasificados posteriormente, tenemos constancia del interés del gobierno de Estados Unidos por recopilar información ovni. Según los documentos secretos estudiados por el periodista Yohanan Díaz Vargas a través del portal Black Vault, «en mayo de 1968 el presidente de Estados Unidos, Lyndon B. Johnson solicitó a todos sus agregados militares, así como a los países aliados, a que le proporcionaran información sobre los avistamientos y encuentros con ovnis, ya que estaban realizando un estudio profundo sobre esta materia. Todo se manejó con un gran hermetismo y como información clasificada en su momento como Alto Secreto. En México se le solicitó al entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz. La República Mexicana mandó un documento de un caso sucedido el 17 de febrero de 1967 que se refiere al estrellamiento de un objeto esférico en la localidad de General Teherán en Nuevo León, y que fue acompañada de una carta del regidor de la zona, quien daba fe de lo sucedido».

Tampoco podemos olvidar al enigmático Luis Elizondo, quien asegura haber trabajado dentro de un programa secreto para ovnis en el seno de la Inteligencia Estadounidense. Actualmente, entre sus muchas ocupaciones está la de viajar por toda Latinoamérica entrevistando a ufólogos para programas de televisión de este contenido, unas entrevistas, que a tenor de las declaraciones de muchos de sus entrevistados, parecen auténticos interrogatorios. Aunque lo más inquietante es cómo, tras las cámaras, trata de hacerse con cualquier pieza procedente de un ovni que tengan los estudiosos. Sin duda, aunque muy contaminada, la verdad está ahí fuera.

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